Si tu empresa fuese una persona, ¿cómo sería? ¿Alta, guapa, elegante, risueña, con buen humor, con mal humor, sería, alocada? Suena a chiste pero no lo es. Formular esa pregunta a los grupos de interés te ayudará a conocer mejor cuál es la imagen corporativa de tu empresa. Lo más importante es conocer al cliente potencial y saber detectar cuál es su estilo de vida, sus gustos, hábitos sociales y de consumo, solo de esta forma podrás conectar con ellos y obtener un valor diferencial que defina tu imagen corporativa. La influencia que tiene la imagen corporativa sobre las ventas se ve acrecentada cuando hablamos de productos o servicios con una fuerte competencia, donde el reconocimiento de la marca es fundamental. Dicen los expertos en psicología del consumidor que la primera impresión que nos formamos cuando entramos en contacto con una marca (escaparate, prueba de producto, publicidad…) determina en un 75% nuestra opinión definitiva sobre esa marca.
Manual de identidad: clave para la imagen corporativa
La imagen corporativa se debe mostrar en todo lo que la empresa hace o representa y no solamente en el logotipo. Debe haber una sinergia entre todos los elementos que definen lo que es la empresa y cómo se quiere dar a conocer. Solo de esta forma conseguiremos ser reconocidos y destacar frente a la competencia. Pero, ¿en qué consiste el manual de identidad corporativa? Se trata de un libro maestro en el que se establecen las pautas de comportamiento a la hora de implementar la imagen de nuestra compañía en cualquier proceso, tanto a nivel gráfico/visual como de normas de conducta y expresiones corporativas. El manual debe contener una detallada presentación del logotipo, que incluya variaciones de tamaño y de color según las circunstancias, y formatos donde queramos imprimir la imagen (catálogos, folletos, tarjetas de presentación, facturas, muestrarios y ficha de productos…). También los elementos exteriores tienen sus pautas de implementación (escaparates, rotulación del edificio, vehículos comerciales y de reparto, decoración de las oficinas, uniformes de los empleados…). Todos los elementos son importantes y deben estar en consonancia con la imagen corporativa desarrollada, lo que nos ayudará en el reconocimiento y posicionamiento de nuestra marca en el mercado.
Responsabilidad social corporativa
Consiste en incorporar a la estrategia y gestión de la compañía las preocupaciones sociales, económicas y medioambientales de tu segmento objetivo, de forma que, a partir del diálogo con éstos, la empresa desarrolle un compromiso real y contrastable con la cohesión social, el respeto al medio ambiente, la ética y la transparencia. Y ¿esto cómo puede influir en las ventas? Porque detrás del cumplimiento de las normativas pertinentes para ese desarrollo sostenible, existe un objetivo de mejorar la imagen corporativa y obtener un valor añadido que permita despuntar frente a la competencia. Sin duda que la RSC contribuye a reforzar la imagen corporativa de la empresa y en consecuencia a incrementar las ventas y obtener clientes fieles.
La relación entre imagen corporativa y ventas
Una correcta imagen corporativa proporciona una optimización de recursos, puesto que tanto los elementos externos como los internos pasan a ser parte activa de la estrategia de comunicación, actuando como agentes transmisores de los valores de la compañía. Pero no solo el manual de identidad corporativa y la responsabilidad social corporativa son importantes, también los empleados y en especial los departamentos de ventas y atención al cliente son parte integrante de la imagen corporativa de una empresa. Por ello, será clave escoger a los mejores profesionales y formarlos correctamente para transmitir ese valor diferencial a los clientes.