Muchos profesionales están en la búsqueda activa de empleo, a veces porque se encuentran desempleados y muchas otras veces porque quieren mejorar sus condiciones laborales. Para estos últimos, no basta solamente con encontrar un puesto de trabajo, pues ya cuentan con uno, sino que es vital poder dar con una vacante mejor de la que ya tienen. Por ello, es importante que cuando entren a formar parte de un proceso de selección, sepan negociar hábilmente las condiciones.
Esto es algo que también deben saber hacer los profesionales desempleados que están buscando un trabajo, aunque a veces la falta de oportunidades les lleve a coger el puesto sin realizar una negociación previa. Muchas veces existe el miedo a que si exigen ciertas condiciones, las empresas no vayan a querer contar con ellos para la vacante disponible. Pero, muy al contrario de lo que se pueda pensar, tener unas buenas habilidades negociadoras prueba precisamente la valía del candidato.
Cómo negociar correctamente en una entrevista de trabajo
Lo primero de todo es lograr la deseada entrevista de trabajo. Para conseguirlo, lo mejor forma es contar con un CV perfecto que llame la atención de los responsables de Recursos Humanos. Además, es muy importante contar con una amplia red de networking de la cual poder extraer contactos clave. De esta forma, el candidato consigue un alto número de solicitudes, lo que asegura una mayor probabilidad de éxito a la hora de encontrar un trabajo.
Una vez en la entrevista, el profesional debe saber negociar sus condiciones laborales de una manera adecuada. No se puede hacer de cualquier forma, pues el método empleado dice mucho sobre la persona que lo está poniendo en práctica. Aquí hay una serie de recomendaciones básicas:
– Se debe tratar al entrevistador de igual a igual, sin ser descortés, pero tampoco mostrándose sumiso. Tanto él como la persona entrevistada tienen intereses que son igualmente respetables.
– En todas las entrevistas hay una serie de contactos iniciales que sirven de calentamiento para tantear la dinámica que se va a seguir, así como la personalidad del entrevistador. Esto permite saber cómo enfocar el resto de la conversación en base a estos detalles.
– También es importante realizar un sondeo, apuntando los temas que pueden ser objeto de discusión una vez que la parte de introducción haya terminado. Los responsables de la entrevista irán exponiendo las características del puesto de trabajo y las condiciones laborales asociadas.
– Al finalizar la exposición, llega el momento de negociar. Seguramente no se consigan alcanzar todos los objetivos marcados, pero se puede llegar a un punto de entendimiento entre ambas partes. Por ejemplo, si no se ha conseguido el horario deseado, puede que sea posible conseguir un mayor número de días libres al año.
– Uno de los temas cruciales en cualquier negociación es el salario. Cuando preguntan directamente sobre una cifra, lo mejor es evitar la pregunta alegando no tener información suficiente o dar una franja salarial abierta. Si el salario no se acerca a lo deseado y no se puede negociar, se pueden buscar alternativas como reducir el nivel de responsabilidad dentro de la organización.
Los pasos a seguir para poder negociar
El mejor negociador es aquel que sabe escuchar y que está perfectamente informado de cuáles son las condiciones del mercado laboral, y, en concreto, del sector de la empresa para el que se realiza la entrevista. Por este motivo, es importante:
1. Conocer el sector de actividad y saber si está en recesión, estancado o se encuentra en pleno crecimiento económico.
2. Estudiar los datos de facturación de la empresa. Saber si tiene una buena posición en el mercado y si sus cifras están creciendo con el paso de los años.
3. Estudiar a la competencia y los sueldos que se están dando en otras compañías del sector por puestos similares al ofertado.
4. La persona también tiene que ser consciente de lo que está ofreciendo a la empresa, si tiene un perfil difícil de encontrar entre los candidatos actuales. Esto puede dar un margen amplio de negociación, pues seguramente estén más dispuestos a ceder sabiendo que no van a tener muchas más oportunidades de encontrar un candidato así.
5. El entrevistado debe ir con las ideas claras sobre cuánto estaría dispuesto a aceptar por el puesto, cuáles son las condiciones mínimas que le harían coger el empleo y luchar por ellas. Tampoco hay que ser intransigente porque la empresa también tiene un límite tras el que no estará dispuesta a negociar.
Aunque pueda parecer un poco extraño, lo cierto es que no hay mejor que ensayar con alguna persona de confianza. Esta simulación no solamente permitirá practicar la entrevista, sino que otras personas pueden dar puntos de vista y situaciones que el entrevistado no había contemplado. De esta forma, estará perfectamente preparado para hacer frente a una negociación con las herramientas y la información necesarias.
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